martes, 16 de julio de 2013

Armónicos (y II)

También podemos formar acordes de tres notas con los armónicos principales. En la figura 1 vemos dos ejemplos sobre el traste 5. A la izquierda tenemos un acorde Asus4 (notas A - D - E) y a la derecha, un acorde Dsus4 (notas D - G - A).

Fig. 1

Al igual que vimos con los acordes de dos notas, en la parte anterior de este artículo, son muchos los acordes que podemos encontrar sobre el traste 4 y casi sobre el traste 3.

Armónicos artificiales


Ya hemos visto los armónicos que aparecen sobre las cuerdas del bajo en afinación estándar (E - A - D - G). Pero, ¿son estos los únicos armónicos que podemos utilizar, con su caprichosa distribución sobre las cuerdas y trastes? Ni lo sueñes. Podemos hacer sonar el armónico de cualquier nota que aparece en el mástil de nuestro bajo. Sí, has leído bien: cualquier nota. ¿Cómo? Disponemos de dos opciones, a elegir la más cómoda.

La primera, recomendada por Steve Bailey, consiste en lo siguiente. Supongamos que queremos sacar el armónico de D:
  • Colocamos el dedo 1 de la mano que digita sobre el D en el traste 5, tercera cuerda, como lo haríamos para tocarlo normalmente.
  • Después colocamos el dedo 1 de la mano derecha (índice) sobre la tercera cuerda, apenas tocándola, a la altura del traste 17 (D octava superior).
  • Percutimos esa misma cuerda con el dedo 2 de la mano derecha (medio). La figura 2 nos muestra cómo.


Otra técnica para obtener el mismo resultado es la que utilizaba Jaco Pastorius. Se diferencia de la anterior en la forma de percutir la cuerda con la mano derecha (izquierda si eres zurdo). Consiste en apoyar el pulgar (0), en lugar del índice, sobre el traste 17 (por seguir el ejemplo anterior), y percutir la cuerda con el dedo índice (1). Todo lo demás igual. En la figura 3 vemos el dedo índice a punto de flexionar hacia atrás para percutir la cuerda, apenas tocada por el pulgar.

Fig. 3

Está claro que los armónicos se encuentran en una tesitura más aguda que el bajo corriente, por lo que su uso es más restringido que en una guitarra, por ejemplo. Intros, outros, pasajes melódicos con poca instrumentación, parecen ser su lugar natural, además del terreno puramente experimental.

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